Los chatbots varían según su propósito y complejidad. Estos son los tipos más comunes:
- Chatbots basados en reglas: siguen normas predefinidas para responder a problemas habituales. Son ideales para contestar preguntas frecuentes o realizar tareas básicas, como encontrar horarios de tiendas o información básica de productos.
- Chatbots impulsados por IA: utilizan inteligencia artificial para comprender y responder a consultas más complejas. Aprovechan los datos de los clientes y aprenden de las interacciones a lo largo del tiempo, mejorando su capacidad para manejar conversaciones diversas, como los asistentes virtuales Siri o Alexa.
- Chatbots híbridos: combinan enfoques basados en reglas y potenciados por IA. Gestionan tareas sencillas con reglas y utilizan IA para interacciones más complejas, como los bots de atención al cliente que derivan problemas complicados a agentes humanos.
- Chatbots activados por voz: responden a comandos hablados mediante tecnología de reconocimiento de voz, como el bot Siri utilizado en smartphones de Apple.
- Chatbots contextuales: utilizan aprendizaje automático (ML) y procesamiento del lenguaje natural (NLP) para comprender el contexto de una conversación. Recuerdan interacciones pasadas para proporcionar respuestas más precisas, como los bots de comercio electrónico que sugieren productos basados en compras anteriores.