
¿Qué es el cloud computing? 4 tipos y cómo funciona
Comprenda la diferencia entre la automatización de flujos de trabajo y la automatización de procesos, y todo lo que existe entre ambas.
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El cloud computing es una forma de acceder a la información y a las aplicaciones online, en lugar de tener que crearlas, gestionarlas y mantenerlas en un disco duro o en servidores propios. Es rápido, eficiente y seguro.
Sin embargo, todavía esconde cierto misterio. Aunque la mayoría de nosotros llevamos años utilizando la nube, en muchas organizaciones sigue surgiendo la misma pregunta: ¿Qué significa cloud computing?
Tanto si desea comprender mejor el concepto como si busca ayudar a su organización a utilizarlo de forma más eficaz, esta guía puede ayudarle. En ella aprenderá sobre:
En pocas palabras, el cloud computing o informática en la nube es una forma de acceder a los servicios a través de internet, en lugar de hacerlo desde el ordenador. Puede usar la nube para acceder a aplicaciones, datos y herramientas de desarrollo prácticamente desde cualquier lugar. Tanto si trabaja desde su teléfono en un tren abarrotado en Chicago como si lo hace desde su ordenador portátil en un hotel de Hong Kong, podrá acceder a la misma información, porque todo está disponible online.
En pocas palabras: en todas partes. Desde el teléfono y el coche hasta el reloj inteligente y su aplicación favorita de entrega de comida, en todas partes se utiliza la nube.
Sin embargo, la informática en la nube es especialmente beneficiosa para las empresas. Dado que les proporciona flexibilidad y capacidad de ampliación, organizaciones de todos los tamaños y sectores ya la están utilizando. Las empresas la emplean para tareas rutinarias como la protección de datos, el desarrollo de softwares, el análisis de datos, la recuperación ante desastres, los escritorios virtuales, la virtualización de servidores y las aplicaciones para clientes.
En resumen, la informática en nube es un rompecabezas compuesto por tres piezas básicas:
Aunque las piezas son sencillas, la tecnología que las une es compleja. Para apreciarlo, piense en cómo eran las cosas antes de que existiera la nube: los equipos informáticos de las empresas gestionaban sus propios centros de datos in situ, lo que suponía actualizaciones periódicas del hardware, facturas de energía desorbitadas y una cantidad excesiva de inmuebles. Era caro, poco práctico e ineficiente.
Pero eso ya no es necesario. Las empresas que solían gestionar sus propios centros de datos ya no tienen que preocuparse de aprovisionar, asegurar, ampliar, mantener y actualizar la infraestructura. Ahora simplemente pueden centrarse en ofrecer buenas experiencias de cliente en lugar de en la logística técnica. Esto introduce cambios drásticos y simplifica la forma de enfocar los recursos informáticos de las empresas.
Por ejemplo, muchos proveedores de nubes ofrecen servicios de suscripción. A cambio de una cuota mensual, los clientes pueden acceder a todos los recursos informáticos que necesiten. Eso significa no tener que comprar licencias de software, actualizar servidores obsoletos, comprar más equipos cuando se queden sin almacenamiento o instalar actualizaciones de software para mantenerse al día de la evolución de las amenazas de seguridad. El proveedor hace todo eso por ellos.
En ese sentido, el cloud computing es como alquilar un coche. Aunque el usuario puede conducir el vehículo, corresponde al propietario realizar las reparaciones y el mantenimiento rutinario, así como sustituir los coches viejos por otros nuevos cuando se hayan deteriorado. Y si en algún momento el usuario necesita ampliar su negocio, es tan sencillo como firmar un nuevo contrato de alquiler y cambiar de llaves.
Ahora que ya entiende cómo funciona, le resultará fácil darse cuenta de que la informática en la nube ofrece muchas ventajas. Entre las ventajas más importantes del cloud computing, por ejemplo, se encuentran:
La informática en la nube permite almacenar, recuperar y compartir información de forma rápida y sencilla.
Dado que la información circula por todas las ubicaciones y dispositivos, los empleados pueden trabajar de forma segura desde cualquier lugar. Eso les permite ser más productivos, colaborar más activamente y estar más satisfechos con su trabajo.
La idea de "tenencia múltiple" es el núcleo del cloud computing. Esto significa que un único proveedor de servicios en la nube tiene muchos clientes que utilizan los mismos recursos informáticos. Es como un edificio de apartamentos: aunque los residentes comparten los servicios y la infraestructura (por no hablar de las paredes, respiraderos y fontanería comunes), cada uno es libre de decorar la vivienda a su gusto.
La informática en la nube ofrece ventajas desde el punto de vista contable porque permite clasificar la infraestructura informática como gasto operativo en lugar de gasto de capital. Por lo general, suele beneficiar a la salud de la empresa, ya que los gastos operativos cuentan con ventajas fiscales y se pagan sobre la marcha. Eso se traduce en más flexibilidad, menos residuos y, a menudo, un mejor ROI.
Normalmente, los proveedores de servicios en la nube permiten a los clientes aumentar o reducir los recursos informáticos según sus necesidades. Eso significa que la informática en la nube puede ampliarse o reducirse en función de las circunstancias de su empresa. Puede añadir o restar ancho de banda, usuarios y servicios, e incluso agregar más proveedores de servicios. Además, muchos proveedores de servicios en la nube automatizarán el aumento de escala en su nombre para que los equipos puedan dedicar más tiempo a la experiencia del cliente y menos a la planificación de recursos.
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Los proveedores de servicios en la nube actualizan periódicamente los protocolos de seguridad para proteger a los usuarios de las ciberamenazas. Por ello, una de las principales ventajas del cloud computing es la seguridad.
Piense en la nube como si fuera un banco: su dinero está más seguro en una cuenta bancaria que en una lata de galletas en la cocina de su casa. Del mismo modo, sus datos están más protegidos con un proveedor de servicios en la nube que en una red no segura, ya sea en casa o en el trabajo.
Los principales proveedores de servicios en la nube, como Salesforce, cuentan con expertos en informática y ciberseguridad que actualizan los sistemas y protegen la información de los clientes. Además, se encargan del cumplimiento normativo. De esta forma, las organizaciones no tienen que buscar expertos en ciberseguridad, formar equipos especializados en cumplimiento, solucionar errores ni adaptarse a las nuevas amenazas de seguridad.
Otro aspecto fundamental es la idea de redundancia. Es decir, la nube no solo almacena datos, sino que también hace copias de seguridad. Para entender su utilidad, imagine que está trabajando en un documento importante y se va la luz. Antes del cloud computing, podría haber perdido el trabajo de no haberlo guardado a tiempo en el disco duro. Ahora, gracias a la nube, su documento estará disponible cuando regrese la electricidad, ya que se guarda automáticamente.
Las ventajas de seguridad son el motivo por el que algunas de las empresas más grandes del mundo han trasladado sus aplicaciones a la nube con Salesforce después de probar rigurosamente su rendimiento y sistemas de protección.
Si se pregunta qué tipo de informática en la nube se adapta mejor a su empresa, tiene varias opciones:
Los proveedores de servicios en la nube de terceros poseen y gestionan nubes públicas para que las utilice el público en general. Son los propietarios de todo el hardware, software e infraestructura que constituyen la nube. Sus clientes son los propietarios de los datos y las aplicaciones que se alojan en la nube.
Desde empresas hasta universidades, todas las organizaciones pueden alojarse en nubes privadas (también conocidas como nubes corporativas, nubes internas y nubes locales) para usarlas de forma exclusiva. En ese caso, son propietarios de la infraestructura subyacente a la nube y la alojan in situ o en una ubicación remota.
Las nubes híbridas fusionan nubes privadas con nubes públicas para obtener lo mejor de ambos mundos. Por lo general, las organizaciones utilizan nubes privadas para las funciones críticas o sensibles y nubes públicas para hacer frente a los aumentos repentinos de necesidades informáticas. Los datos y las aplicaciones suelen discurrir automáticamente entre ambas. Esto proporciona a las organizaciones una mayor flexibilidad sin exigirles que renuncien a la infraestructura, el cumplimiento y la seguridad existentes.
Se habla de multinube cuando las organizaciones utilizan muchas nubes de distintos proveedores.
Esto ofrece muchas posibles ventajas. Recurrir a varios proveedores diferentes, por ejemplo, significa que podrá combinar distintas características y funcionalidades. Por ejemplo, si tiene un proyecto especialmente delicado, puede ejecutarlo en una nube que disponga de funciones de seguridad adicionales. O, si su empresa opera a nivel internacional, los equipos de Asia y América del Norte pueden trabajar con distintos proveedores en función de quién ofrezca el mejor servicio en su región o tenga mayor conocimiento del cumplimiento normativo local.
De hecho, Salesforce se ha asociado recientemente con las principales nubes públicas para lanzar Hyperforce, una arquitectura de infraestructura de última generación que permite a empresas de todo el mundo escalar sus operaciones con niveles de seguridad sin precedentes.
Su empresa debe decidir no solo el tipo de nube que desea implementar, sino también los tipos de servicios de cloud computing a los que desea acceder.
Hay tres opciones principales:
El software como servicio (SaaS) es el tipo más común de computación en la nube. Tradicionalmente, los usuarios debían descargar e instalar el software en sus ordenadores. En cambio, el SaaS ofrece aplicaciones completas, listas para usar y accesibles directamente a través de Internet, lo que supone un importante ahorro de tiempo para los equipos técnicos.
Además, todo lo relacionado con el mantenimiento y la resolución de problemas recae en el proveedor del servicio.
Los programas de software suelen realizar funciones específicas, son de uso intuitivo y a menudo vienen acompañados de un amplio servicio de atención al cliente. Por ejemplo, con el paquete de herramientas de gestión de relaciones con los clientes de Salesforce Customer 360, los usuarios pueden personalizar las aplicaciones para adaptarlas a sus requisitos, sin necesidad de programar o introducir código.
La infraestructura como servicio (IaaS) ofrece un enfoque flexible y escalable de la informática. Parte de la base de que la organización ya cuenta con cierta infraestructura tecnológica y permite ampliarla mediante bloques modulares a medida que surjan nuevas necesidades.
Este enfoque es ideal para empresas que ya disponen de sistemas operativos propios, pero que requieren herramientas adicionales para dar soporte a largo plazo. Al conectarse a servidores, cortafuegos, hardware y otros recursos de infraestructura en la nube, las organizaciones tienen la libertad de construir y escalar soluciones a partir de componentes preconfigurados.
La IaaS puede actuar como una base flexible sobre la que desarrollar proyectos con necesidades informáticas específicas. Por ejemplo, una empresa que esté creando un nuevo software, podría utilizar la IaaS para configurar un entorno de pruebas antes del lanzamiento. Del mismo modo, una empresa de comercio electrónico podría recurrir a la IaaS para alojar su sitio web, ya que permite ampliar rápidamente la infraestructura en momentos de alta demanda, como durante las rebajas de enero.
La plataforma como servicio (PaaS) proporciona los componentes básicos para la creación de software. Eso incluye herramientas de desarrollo, bibliotecas de código, servidores, entornos de programación y componentes de aplicaciones predefinidos. En el caso de la PaaS, el proveedor se encarga de las cuestiones internas, como la seguridad, la infraestructura y la integración de datos. Como resultado, los usuarios pueden centrarse en crear, alojar y probar aplicaciones, algo que podrán hacer con mayor rapidez y a un menor coste.
A medida que la tecnología avanza, el cloud computing se vuelve cada vez más común y está transformando por completo la vida moderna, tanto en el hogar como en el trabajo.
Es probable que en el ámbito personal, utilice la informática en la nube sin siquiera darse cuenta. En lugar de almacenar copias físicas de películas y música en armarios o estanterías, ahora accede a ellas virtualmente a través de servicios de streaming basados en la nube, como Netflix y Spotify. ¿Y las fotos y comentarios que publica en las redes sociales? Plataformas como Facebook y Twitter también las almacenan de forma remota en la nube.
Antes, en el trabajo, almacenaba los archivos en discos duros, aunque a menudo se perdían debido a caídas del sistema o cortes de luz. Ahora, probablemente los guarde en la nube, que sincroniza los cambios en tiempo real y le permite acceder a ellos desde cualquier lugar.
Es posible que su organización también utilice un software de gestión de relaciones con los clientes (CRM) basado en la nube, que facilita la personalización de la comunicación, la gestión de oportunidades de negocio y la optimización de los esfuerzos de marketing en todos los departamentos. Además, puede recurrir a soluciones en la nube para áreas como recursos humanos, nóminas, contabilidad y logística. En estos y otros numerosos casos de uso empresarial, la informática en la nube mejora la seguridad, agiliza la entrada de datos y ahorra tiempo gracias a la automatización.
Aunque el cloud computing se ha convertido en un elemento clave de la sociedad moderna, su popularización tardó mucho más de lo que se podría imaginar.
Retrocedamos hasta 1996 para conocer sus humildes orígenes. Fue entonces cuando Compaq Computer Corporation acuñó el término “cloud computing” en un plan de negocios. Aunque la palabra era nueva, los conceptos en los que se basaba ya tenían antecedentes claros: en los años 70 y 80 se implementaron las primeras versiones de la nube, y a principios de los 90, Internet ya aparecía representada como una nube en diagramas de patentes.
Salesforce fue uno de los pioneros en cloud computing. En 1999, lanzó un software de CRM basado en la nube que sustituía al CRM tradicional de escritorio. En aquella época, los primeros ordenadores eran grandes y costosos, por lo que las versiones iniciales de la nube se diseñaron para que varios usuarios pudieran compartir un único equipo. Salesforce revolucionó esta idea al usar la nube no solo para conectar usuarios con un equipo, sino para conectar directamente con el software, demostrando por primera vez que el cloud computing podía ser utilizado a gran escala.
De hecho, Salesforce fue el primer ejemplo de informática en la nube a gran escala. Los softwares tradicionales obligaban a las empresas a comprar numerosas licencias e instalar copias físicas en los ordenadores de todos los empleados. Con Salesforce, pudieron acceder a la aplicación bajo demanda a través de internet y utilizarla para impulsar el crecimiento de su negocio, ya se tratara de una pequeña startup o de una gran corporación. Este enfoque innovador de software resultaba sencillo, eficaz y asequible, y sentó las bases del cloud computing tal y como lo conocemos hoy.
Aunque el cloud computing ya tiene un largo recorrido, no ha hecho más que comenzar. Es muy probable que en el futuro se produzcan avances exponenciales en la capacidad de procesamiento, impulsados por la informática cuántica, la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes que aumenten la adopción de la nube.
Estos son algunos de los avances que podrían producirse próximamente en un entorno nativo de la nube cerca de usted:
Es imposible predecir el futuro de la nube. Aun así, debe prepararse y comprender qué es el cloud computing, cómo funciona y cómo puede beneficiar a su empresa hoy, mañana y en las próximas décadas.
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